InES de Género: el proyecto UC que busca reducir las desigualdades entre hombres y mujeres en el mundo de la investigación

Igualar el avance de la carrera de investigación para hombres y mujeres; distribuir la carga horaria de manera equilibrada; y fomentar el liderazgo de las académicas a distintos niveles son algunos de los focos del programa InES de Género, que ha liderado la Universidad Católica, y que tuvo como mentoras a las profesoras Margarita Greene (escuela de Arquitectura) y Soledad Hoces (escuela de Diseño).

La idea del proyecto, que financia por tres años la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, es disminuir los sesgos de género en el mundo de la academia y la ciencia.

Estas diferencias siguen visibles y palpables, pese a todos los avances. Y las universidades no son una excepción. Consciente de esta realidad, la Universidad Católica ha impulsado un plan para reducir las desigualdades que existen entre hombres y mujeres en el mundo de la investigación.

Ese es, precisamente, el foco del proyecto InES -Proyecto Innovación en Educación Superior en Género-, llamado “INGE210011”, iniciativa que es liderada por las direcciones de Investigación y de Equidad de Género de esta casa de estudios, y que fuera lanzada en mayo de 2022.

Para lograr las metas de reducción de brechas de género, el proyecto InES genero desarrolló diversas acciones, como talleres formativos en sesgos y violencia de género; un programa de incubadora de talentos y otro de mentorías enfocado en académicas de la universidad, para fomentar el liderazgo en proyectos de I+D+i+e (sigla de investigación, desarrollo, innovación y emprendimiento).

Es en el Taller piloto de mentorías en que participaron las académicas Soledad Hoces de la Guardia y Margarita Greene como mentoras y Ximena Arizaga de la escuela de Arquitectura y Camila Ríos de la escuela de Diseño como mentoradas.

Soledad Hoces, profesora de la escuela de Diseño, quien participó en el proyecto en calidad de mentora,  sostuvo que “para mí fue una experiencia muy positiva y valiosa, en términos de que nos encontramos un grupo de personas que tenemos problemas y vivencias comunes, donde se junta lo cotidiano, lo familiar y lo profesional, y se transformó en un espacio que debe cultivarse para construir paso a paso un lugar de encuentro para aquellas mujeres jóvenes, sobre todo, que se enfrentan al momento de formar familia y tratar de congeniar aquello con su desarrollo profesional que es tal vez el momento más crítico para todas”.

“Valoro también mucho que la Universidad reconozca la necesidad de generar estos espacios, y en ese sentido también hay que reconocer que el Estado reconoce la urgencia de abordar estas diferencias entre unos y otros, a través de este proyecto”, planteó la académica.

Fuente:
Pontificia Universidad Católica de Chile

Información periodística:
Juan Andrés Inzunza