Estructuras Perfectas (MásDeco)

27 de Febrero 2016

Es imposible quitarles algo a estas sillas. Surgidas de la observación de los materiales y fenómenos físicos como la tensión, desprovistas de cualquier ornamento innecesario, responden de manera impecable al desafío permanente del diseño: hacer más con menos.

Alrededor de 1975, además de la arquitectura, Juan Ignacio Baixas (ARQ) ya practicaba la docencia en la UC de Valparaíso. El mejor carpintero que conocía por esa época vivía en Villa Alemana, y allá fue para encargarle una silla en la que trabajaba. Refunfuñando, el carpintero aceptó y después de mucho tiempo y visitas de Baixas al taller, un día le anunció que estaba terminada. “Se nota que usted no sabe de carpintería -le dijo-, le hice unas modificaciones para que quedara bien”. ¿En qué consistían? Había transformado todos los ensambles a la vista -la parte más revolucionaria del diseño- en convencionales de caja y espiga. “La silla perdía la mitad de su sentido”, se ríe ahora Baixas en el estudio que comparte con Enrique del Río (ARQ).