Infraestrutura para la equidad

8 de Mayo 2016

Por Luis Eduardo Bresciani, Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y académico de la Escuela de Arquitectura UC en carta al Director El Mercurio.  Señor Director: Esta semana se produjeron dos noticias relevantes y coincidentes que debieran ayudar a mejorar la calidad de vida urbana y el debate sobre las soluciones para lograr ciudades más equitativas […]

Por Luis Eduardo Bresciani, Consejo Nacional de Desarrollo Urbano y académico de la Escuela de Arquitectura UC en carta al Director El Mercurio. 

Señor Director:

Esta semana se produjeron dos noticias relevantes y coincidentes que debieran ayudar a mejorar la calidad de vida urbana y el debate sobre las soluciones para lograr ciudades más equitativas y sustentables.

El martes, la Presidenta firmó el proyecto de ley que crea el Fondo de Infraestructura, que permitiría levantar recursos por cerca de US$ 9.000 millones para la construcción y mejoramiento de diversos proyectos de infraestructura, haciendo una especial mención a las infraestructuras productivas y de transporte público. Ese mismo martes, la Cámara Chilena de la Construcción y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la PUC entregaban los resultados del “Índice de Calidad de Vida Urbana 2016” (ICVU), el cual reitera las dramáticas desigualdades de calidad y acceso a bienes públicos entre las comunas de altos ingresos y la mayoría de las comunas más vulnerables, mostrando sus mayores desigualdades en los indicadores de “conectividad y movilidad” y “vivienda y entorno”, aspectos asociados directamente a las inversiones públicas en infraestructura urbanas, equipamiento y espacio público.

Me resulta evidente que ambas noticias deben vincularse, pues aunque el citado fondo y su adecuada institucionalidad abren una gran oportunidad para dotar a nuestras ciudades y territorios de infraestructuras claves para su desarrollo y productividad, también obligan a discutir las prioridades de inversión en nuestras ciudades desde las necesidades de sus habitantes. A diferencia del debate de los años 90 sobre los déficits de infraestructuras que impulsaron las concesiones, ha llegado la hora de impulsar una agenda de infraestructuras para la equidad que resuelva las desigualdades urbanas mostradas por el ICVU 2016, y no las profundice.