Entrevista al académico Alejandro Soffia: “La naturaleza es una fuente de soluciones”

5 de Julio 2016

El Programa Explora El Programa Nacional de Educación No Formal en Ciencia y Tecnología, Explora, creado en 1995 por la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT) entrevista al profesor de la Escuela de Arquitectura UC, Alejandro Soffia

Por Programa Explora

Alejandro Soffia, arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Chile y académico de la misma casa de estudios, confiesa que desde los cinco años ha estado fascinado con los insectos. Hoy, este entomólogo aficionado, cuenta con una colección de cinco mil ejemplares y, además, ha logrado combinar sus dos pasiones, la entomología y la arquitectura.

Cuando aún era estudiante en la universidad, Alejandro se dio cuenta de que la larva de un tipo de escarabajo de la familia Dermestidae se estaba comiendo algunas especies de su insectario. “Ahí decidí tomar más en serio esta ciencia, entonces empecé a ir al Museo de Historia Natural todos los sábados para clasificar mis insectos”. Durante ese período se percató de que la sección de entomología de la biblioteca del museo no estaba en buenas condiciones y necesitaba reparaciones, por lo que postuló, junto al museo a un Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes, FONDART, para diseñar y reconstruir una nueva biblioteca. Ese primer vínculo, algo indirecto entre la arquitectura y los insectos, sería clave para el desarrollo de la relación entre estos dos mundos. Sin embargo, no fue hasta su tesis de magíster, realizada gracias a una beca CONICYT nacional, que Alejandro decidió investigar cómo poder utilizar la morfología y los comportamientos que están presentes en la naturaleza para el diseño de nuevas construcciones.

“Siempre ha existido una relación entre la naturaleza y el arte. La naturaleza es indiscutiblemente una fuente de belleza y, además, una fuente de soluciones”, comenta Alejandro. Razones por las cuales en su tesis de magíster comenzó a explorar en la biomimética.

La biomética es la observación de la naturaleza como fuente de inspiración para resolver distintos problemas del hombre y, tal como relata Alejandro, tiene por objetivo transferir aquellos fenómenos que ocurren en la naturaleza y que optimizan sus recursos hacia productos que nos ayuden a tener una relación más amigable con el medio ambiente.

En particular, la obsesión de este arquitecto, es con el grupo más exitoso en términos evolutivos: los insectos. “Corresponden al 75% de los animales, tienen una cantidad increíble de formas, colores y comportamientos, y es imposible dejar de asombrarse con ellos”, relata del por qué los eligió para enfocar su investigación.

Hoy, Alejandro divide su tiempo entre su estudio de arquitectura, las clases en la universidad y un nuevo proyecto, un centro de estudios interdisciplinarios sobre biomimética y biodiseño en la Pontificia Universidad Católica de Chile. “Trabajando en el tema me di cuenta de que se necesitaban muchos recursos, tanto intelectuales como financieros, para lograr transferir lo que la naturaleza nos puede enseñar. Por ello estamos trabajando de manera activa con otras facultades como lo es Ciencias Biológicas”.

¿Cuál es la importancia de la biomimética?

La naturaleza vive en equilibrio consigo misma y nosotros vinimos a romper ese fenómeno mediante cambios bruscos, por lo que es una gran oportunidad el poder aprender más de cómo se comportan los organismos vivos para tratar de resolver los problemas que los humanos creamos en nuestra relación con el medio ambiente natural. Es la misma naturaleza la que ofrece soluciones de innovación desde hace millones de años, la evolución es un ejemplo de eso. Por lo mismo es muy importante que volquemos nuestros estudios hacia este campo de estudio, para que podamos transferir ese conocimiento en las distintas disciplinas del conocimiento humano.

Particularmente en arquitectura, la biomimética vendría a ser una solución a varios de los problemas que enfrenta el diseño sostenible, como la producción y ahorro de energía, la climatización y las estructuras. Las distintas construcciones en las que vivimos tienen un impacto directo sobre nosotros y son, además, una de las grandes responsables de los problemas de contaminación que tenemos hoy en día.

¿Cómo definirías biomimética?

Para mí es el uso de la morfología y el comportamiento de los organismos vivos para el diseño de objetos. Ejemplos muy claros pueden ser los termiteros, conocidos como las colonias de termitas, que son estructuras que tienen sistemas de ventilación pasiva para controlar la temperatura de sus cámaras internas donde habitan. En Chile por ejemplo, los escarabajos de la familia Tenebrionidae tienen patrones de pigmentación blancos sobre su caparazón que es negra, lo que probablemente esté asociado a la reflectancia y absorción de luz solar para poder sobrevivir en el desierto. El blanco refleja y el negro absorbe. Algo que perfectamente se podría transferir, por ejemplo, en el diseño de revestimientos de techos o fachadas para permitir el control de la temperatura.

Actualmente estás creando un centro de estudios o cluster interdisciplinario sobre este concepto, ¿cuáles son tus ambiciones o proyectos a futuro?

El cluster está orientado a explorar las oportunidades que van no sólo desde el diseño a la biología, sino que también en sentido inverso. A éste último lo vamos a llamar biodiseño. Junto con la biomimética, ambos conceptos cubren el amplio espectro de posibilidades que hay entre el medio ambiente natural y el medio ambiente construido. Antes que todo, me interesa poder construir la plataforma necesaria para el encuentro y experimentación interdisciplinar, que siente las bases de nuevas líneas de investigación. Posteriormente me interesaría introducirnos en cadenas de investigación, desarrollo e innovación (I + D + i) y, de esta forma, transformar los posibles descubrimientos en productos comercializables que puedan multiplicar los impactos positivos de éstas innovaciones, mejorando nuestra relación con el medio ambiente natural.