Muebles que dan energía y edificios todoterreno, innovaciones que permitirán vivir en cualquier lugar
Con el avance de la tecnología, el mundo de la arquitectura y el diseño está ofreciendo nuevas y vanguardistas ideas. Algunas de ellas están presentes en la Sexta Bienal de Diseño que se realiza en la Estación Mapocho
Por Pablo Tirado, El Mercurio
La diseñadora holandesa avecindada en Londres, Marjan van Aubel, está convencida de que el mundo debe avanzar hacia la autosostenibilidad. “En vez de cavar para buscar petróleo o gas, tenemos que tratar de encontrar la forma de suplir nuestras necesidades de manera local. Creo que el futuro hacia el que tenemos que avanzar pasa por producir en casa las cosas que necesitamos”, comenta de visita en Chile, como parte de la Sexta Bienal de Diseño, organizada por la UC y la UDD.
El aporte de Van Aubel a esta cruzada se llama Caventou y es un proyecto que lidera junto a su socio Peter Krige, a través del cual buscan que la electricidad de un hogar sea generada de manera sustentable gracias a la energía solar. En concreto, crearon ventanas y mesas integradas con celdas solares de tercera generación, que utilizan las propiedades del color para generar electricidad. “Nuestra idea es la de los objetos vivientes. Objetos como mesas que pueden tener una función extra, queremos integrar la energía solar en nuestro entorno diario, en lugares en los que vivimos. Las ventanas lucen bonitas, pero además, tienen una función adicional, las mesas también, ya que pueden, por ejemplo, cargar teléfonos”, dice.
El trabajo del arquitecto británico Hugh Broughton es igual de vanguardista, pero a una escala mayor. En 2006, su estudio de arquitectura comenzó el proceso para levantar el nuevo edificio de la base Halley, un recinto permanente del British Antarctic Survey del Reino Unido, ubicado en la barrera de hielo Brunt frente a la costa Caird del mar de Weddell en la Antártica y que es conocido mundialmente porque fue en ese lugar donde se descubrió el agujero de la capa de ozono.
Emplazada en uno de los ambientes más agrestes del planeta -la temperatura en invierno diminuye hasta los 55 grados bajo cero, el viento llega a los 200 kilómetros por hora y la nieve sube más de 1,5 metros-, el gran desafío para la construcción de la Halley VI era que la estructura pudiera mantenerse en pie y al mismo tiempo adaptarse. “El edificio tenía que ser movible y es por eso que está construido de forma modular, y cada uno de los módulos se levanta sobre piernas hidráulicas que descansan en esquís gigantes. La idea es que las piernas hidráulicas le permitan al edifico elevarse sobre el nivel de la nieve y los esquís le permiten moverse hacia una nueva locación si es que así fuese necesario”, explica al arquitecto, quien también estuvo de visita en Santiago. “Se optó por dividir el edificio en módulos porque con su peso no era muy “agradable” moverlo completo sobre los esquís”, agrega.
Sin ir más lejos, hace unos meses comenzó una maniobra para mover la Halley VI a un nuevo sitio, tarea que concluirá a fines de 2017 o principios de 2018. Las autoridades británicas tomaron la decisión de mover la base cerca de 23 kilómetros, luego de que se detectara una enorme grieta que amenazaba con separar el emplazamiento del edifico del continente.
Desafíos del diseño
Tanto Van Aubel como Broughton están convencidos de que el diseño y la arquitectura jugarán un rol decisivo en la manera en la que viviremos en el futuro. “Creo que inevitablemente, con los avances de la tecnología, vamos a empezar a vivir en localidades más extremas, sea en la Antártica, en el desierto de Atacama o donde sea. Creo que vamos a empezar a ser capaces de vivir en algunos de los climas más extremos y pienso que vendrán muchos desafíos relacionados con eso”, comenta.
En ese sentido, añade que los desafíos, desde el punto de la arquitectura, probablemente irán por el lado de un mejor uso del espacio y de los recursos. “Construir edificios que sean más ergonómicos para así utilizar menos espacio y como consecuencia de eso, usar también menos energía y volvernos más sustentables. Creo que ese es el mayor desafío que el diseño de edificios enfrenta. También me parece que la forma en la que reducimos el consumo de agua es muy importante”.
De opinión similar es Marjan van Aubel, quien ve en el diseño una muy buena herramienta para crear conciencia acerca de la mejor manera de delinear un futuro mejor. “Como diseñadores es muy importante trabajar con tecnologías nuevas y buscar formas de cambiar las cosas. Si miras los tiempos en los que vivimos, tenemos recursos limitados y, por lo mismo, tenemos que hacer las cosas de manera diferente, porque no podemos seguir avanzando en la dirección en la que lo estamos haciendo”, dice.
En cuanto a las tendencias que están marcando la pauta, cuenta que van justamente por el lado de la manufactura local, las impresiones en 3D y la mayor integración entre humanos y máquinas. Eso, además de las nuevas formas de producción de energía, el tema que la apasiona.
La diseñadora está consciente de que estos cambios tecnológicos son más costosos, pero los entiende como parte de un proceso natural. De hecho, recuerda que la tecnología de los paneles solares fue creada a finales de los años 50 para la carrera espacial y que con el paso de los años logró masificarse y reducir sus costos.