Felipe Encinas y su participación en el PLEA

13 de Julio 2017

La primera semana de julio, Felipe Encinas, arquitecto UC y Director de Investigación y Postgrado de la Facultad, participó en el congreso Pasive Low Energy Architecture, en Escocia, con la ponencia “Real estate and sustainable construction: Private perspectives for progress in energy regulation of a liberalised market”.

Felipe, ¿De qué se trata esta conferencia y cuál es su relevancia?
R: Esta es la conferencia mundial más importante de arquitectura sustentable que se da actualmente. Su foco estaba en el tratamiento de los criterios de sustentabilidad y eficiencia y calificación energética de la vivienda, sin embargo, hoy se aboca al abordaje de distintas materias que involucran desde perspectivas urbanas, hasta mesas de discusión de temas de transporte, aspectos de resiliencia y otros.




¿Cómo fue tu intervención y qué experiencia te dejó?
R: Participé en un módulo asociado a generar discusión en torno a temas de sustentabilidad de la construcción en países emergentes.
El trabajo que expuse es parte de un Fondecyt que estudia la publicidad inmobiliaria en torno a los atributos de sustentabilidad y cómo el sector inmobiliario posiciona la sustentabilidad en la discusión. Lo sustantivo es ver cómo las inmobiliarias generan o no una propuesta de valor desde la sustentabilidad.
A modo de ejemplo, mostré dos reportajes que publicamos una vez en el diario de negocios Pulso. Fue interesante porque hace poco más de dos años publicamos un reportaje que decía que los atributos de sustentabilidad llegaron al sector inmobiliario. Sin embargo, dos años y medio después apareció un reportaje que decía todo lo contrario, en el fondo decía que los atributos de sustentabilidad pierden importancia en la publicidad inmobiliaria.
Por ello, cerramos nuestra exposición con una sugerencia doble: primero, la necesidad de hacer más exigentes las normativas mínimas, porque el hecho de que aumente la publicidad en sustentabilidad enmascara, de alguna forma, la situación de una normativa débil. Y, segundo, relevar la necesidad de establecer la certificación energética como una política obligatoria.Estos etiquetados verdes de energía que existen en Chile son, hasta ahora, voluntarios, por lo tanto su impacto en el contexto global es mínimo.

¿Cómo está hoy el sector inmobiliario chileno en términos de sustentabilidad?
R: Estamos levantando los datos en la región (Sudamérica) y Chile el año 2007, durante la segunda etapa de la implementación de la norma térmica, era muy vanguardista en este tema, pero nos hemos ido quedando atrás y hoy estamos por debajo de otros países como Brasil, por ejemplo, que tiene un etiquetado energético muy robusto.
Estamos en una situación compleja, porque dejamos que el mercado lo resuelva todo, es decir, que la oferta y la demanda regulen la eficiencia energética y la verdad es que de esta forma no se avanza mucho. En nuestro país, por ejemplo, no hay incentivos para que funcionen los criterios de sustentabilidad y de certificación energética en el sector inmobiliario, ni tampoco obligatoriedad, por lo tanto ha sido un proceso lento.


¿Qué debiéramos hacer como país para ponernos a la altura de otros países más avanzados en esta materia?
R: Hay que avanzar hacia una cierta obligatoriedad, es decir, elevar ostensiblemente los estándares mínimos de sustentabilidad. Nosotros, con otros profesores de la Facultad, hemos estado en muchas mesas de discusión de políticas públicas con el Minvu y otros servicios. El mercado chileno amerita tener mayores exigencias y avanzar también en materia de calificación energética y pensar en que ésta sea obligatoria en el corto o mediano plazo, ya que hoy funciona solo de manera voluntaria.


¿Cómo reacciona el sector inmobiliario al conocer estos planteamientos?
R: Siempre hay discusiones respecto de los costos. No obstante, hemos hecho estudios y la verdad es que el impacto en la salud de las personas, al hacer mejoras en materias como la aislación térmica y condiciones de ventilación, es sustantivo. Y, además, considerando los márgenes de utilidades que obtienen las inmobiliarias, la verdad es que estamos hablando de un esfuerzo que están en perfectas condiciones de realizar.

¿Qué falta como país para avanzar en esta materia?
R: Falta una hoja de ruta del sector público. Por ejemplo, con fechas claras de cuándo y cómo partir con la calificación energética, por ejemplo, de manera obligatoria. Nosotros venimos trabajando en distintas mesas desde el año 2013 – 2014 aproximadamente y por ejemplo en algunos Planes de Descontaminación Atmosférica, como en Temuco, ya se está aplicando la calificación energética como criterio estructural, sobre todo en lo que tiene que ver con la envolvente térmica de las viviendas, lo que es un avance, pero no suficiente.

¿Cuál debería ser a tu criterio el rol del Estado en materia de fomento a la calificación energética?
R: Ha faltado quizás disponer de incentivos para profundizar más en criterios de eficiencia energética y normativa de calificación energética. En países más desarrollados, estos programas vienen con una alta carga de recursos, sobre todo para difusión. En Chile falta que avancemos más en la comunicación hacia las personas, para que la ciudadanía entienda y asuma la importancia de la eficiencia y calificación energética de sus viviendas.
En otros países hay una serie de estímulos en esta materia, como descuentos en el pago de Contribuciones y otros, que se transforman en un buen incentivo para las personas y sirven como puerta de entrada al mundo de la calificación y eficiencia energética. Es un buen ejemplo.

¿Cuál es el escenario nacional ideal para ti en Chile en materia de calificación energética?
R: Primero, que subamos los estándares mínimos hacia estándares mucho más altos. La norma que tenemos hoy está en el estadio más básico de todas las regulaciones del mundo, que tienen que ver con detalles y no con el sistema de desempeño térmico en su conjunto. Tenemos que abocarnos al estadio superior, definiendo una hoja de ruta clara y precisa por parte de la autoridad pública, para avanzar a un sistema basado en desempeño, más allá de detalles térmicos particulares.

 Hoy el Minvu está haciendo un trabajo interesante con el Sello de Construcción Sustentable, para apoyar el etiquetado. Desgraciadamente no va a ser obligatorio, sino voluntario, pero es un avance