“Cátedra de Santiago”: El gran desafío del Archivo de Originales FADEU tras la donación del material de la tesis Doctoral de José Rosas

12 de Octubre 2017

Por estos días, el arquitecto UC y Jefe del Programa de Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos FADEU, José Rosas, se encuentra en calidad de profesor invitado en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de la República de Uruguay, donde se encuentra dictando clases para un curso de posgrado.

El curso se titula “La Representación como método de investigación en Arquitectura: Lógicas de proyecto que derivan de las evidencias cartográficas”, y se plantea como una oportunidad para comprender el valor de los métodos de representación, como métodos de investigación en la arquitectura al mismo tiempo como instrumentos de producción de nuevos conocimientos disciplinares.


Mientras realiza clases en la Universidad Católica de Chile y en el extranjero, parte de su trabajo se constituye en un enorme desafío para el Archivo de Originales FADEU. Ello, porque Rosas decidió donar todo el material de su tesis Doctoral a la biblioteca de la Facultad, información que pretende consolidar una idea que viene reflexionando hace ya un tiempo y que podría constituirse como única en Chile: la creación de un nuevo indexado y sistema de almacenamiento y búsqueda de información bajo el nombre de “Cátedra de Santiago”.


En la presente entrevista a quien fuera, además, Decano de la Facultad y reconocido investigador y docente UC, explica cómo nació la idea y cuáles son las implicancias para el desarrollo de la investigación en torno a la ciudad de Santiago que permitirá la concreción de una idea de esta naturaleza para la FADEU.

1) ¿En qué consiste esta donación y cuáles son tus expectativas respecto del futuro del material?
El trabajo que está reunido acá en el Archivo de Originales FADEU, incluyendo mi tesis doctoral, que son muchos planos, siempre tuvo por objetivo retribuirle a la Facultad y a la Universidad el espacio que me habían dado para poder ser una persona que investigara sobre un objeto de estudio, y en este caso el objeto que yo empecé a estudiar –incluso desde el Magíster- era la comuna de Santiago.


Por alguna razón en ese momento me pareció interesante concentrarme en el centro de Santiago. Esa investigación tuvo un sentido bien específico desde el primer momento, me refiero fundamentalmente a la tesis de Doctorado, que estaba amparada en el Laboratorio de Urbanismo de Barcelona, porque esa tesis estuvo muy vinculada, además, con una red de escuelas que trabajaban la morfología urbana y las tipologías edificatorias, como la Escuela de Versalles y la Escuela de Venecia, y que al final se reducía a ver y dibujar la ciudad en una escala adecuada como una manera de seleccionar una mirada. Esa mirada servía, a la larga, no solo para construir evidencias cartográficas y documentales, sino también para proyectar, es decir, el sentido más profundo de este material es generar información para entender la ciudad como un proyecto. Siempre mi papel en la Universidad ha sido tratar de equilibrar la profesión con la Academia, y yo he sido principalmente más arquitecto proyectista que investigador y docente, a pesar de que he podido articular ambas actividades.


Mi tesis de Doctorado contiene material muy importante que data de 1986, y ya en esa época advertíamos que se ponía en peligro la lógica de los tejidos urbanos del centro de Santiago y sus áreas adyacentes, lo que comunicamos a las autoridades del momento, y que incluso discutimos públicamente en medios de comunicación. Finalmente, al poco andar el Plan Regulador Comunal de Santiago fue derogado y apareció el concepto de la desregulación urbana y todas sus consecuencias. La arquitectura de la ciudad, entonces, decayó, por lo tanto, este trabajo tiene un sentido muy profundo que sirve para evaluar un período de una práctica profesional que no fue innovadora. Además, esta tesis tiene muchos archivos que comparan distintos períodos de la historia de Santiago.


Posteriormente, hicimos un trabajo con otros colegas que fue usar material de la tesis de Doctorado y transformarlo en otra investigación sobre la vivienda en el centro de Santiago. Hicimos muchos planos en distintas escalas, y, además, tenemos un archivo de fotos muy rico e importante también donado a la Universidad, información toda que siempre tuvo el espíritu de que los estudiantes futuros tuvieran conciencia de la responsabilidad que debían asumir con su ciudad.

2) ¿Cómo asumes que este material trasciende en la Universidad? ¿Sientes que es un compromiso con la Universidad y con las futuras generaciones de Arquitectura, como una suerte de responsabilidad en términos de cómo deberían pensar y re pensar la ciudad?
Hay algo de eso, por supuesto. Sin embargo, tiene, además, un tono indeterminado, porque cuando doné todo este material lo pensé siempre como un trabajo sin nombre. Simplemente el sentido era que el material cobrase valor en los próximos 50 años.

Ahora, sí siento que nosotros como Escuela de Arquitectura somos una gran escuela en proyectos de arquitectura, pero algo frágil en lo que se refiere al trabajo enfocado en la ciudad, por lo tanto, me pareció necesario crear un espacio de mediación entre la Escuela y el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales. Además, como yo soy profesor de ambas unidades mis trabajos siempre conectan el proyecto de arquitectura, el proyecto urbano y la planificación urbana. Por otro lado, también esa primera etapa de donación de la tesis Doctoral y de otros materiales iban acompañados de evidencias documentales.


3) ¿El material donado propone investigación a partir de diversos archivos documentales, y, en ese sentido, va más allá de la manera clásica de construir cartográficamente el trabajo arquitectónico y de estudio de la ciudad?
Si, además con el correr del tiempo todo este trabajo se internacionalizó, fue solicitado por muchos arquitectos chilenos que estaban en el extranjero. Lo tienen también escuelas de arquitectura en Brasil, Venezuela, Francia, España y otros países. Es decir, se fue construyendo una red de documentación muy rica a partir de este trabajo, y de esta etapa se produjo un fenómeno no menor, que fue la aparición de planos icónicos. Como síntesis de dicho trabajo, se reconstruyeron los tres planos a escala 2.500 del centro de Santiago en tres períodos de la historia, principalmente abocado a las galerías de Santiago, material que ha sido usado por Fernando Pérez, Rodrigo Pérez de Arce y otros colegas en sus libros, publicaciones y clases.


4) ¿Cómo debería instalarse esta donación al interior del Archivo de Originales?
Toda la información que se ha donado supone un desafío mayor en términos de generar nuevos protocolos de almacenamiento, búsqueda y disposición al público en general.La complejidad de materiales e información variada que posee esta investigación y este trabajo es efectivamente un enorme desafío. No hablamos solamente de planos y memorias, sino de planimetría variada, archivos fotográficos, material arqueológico, archivos de prensa de la época, escritos y otras plataformas de información y material variado.

5) ¿Y cómo puede un trabajo de esta naturaleza trascender la frontera académica y transformarse en un insumo para los tomadores de decisiones (municipio, ministerios sectoriales y otros)?
Desde el primer día en que yo empecé a trabajar en mi tesis tuve el apoyo de la municipalidad de Santiago, particularmente del arquitecto UC Miguel Saavedra, que ha trabajado muchos años ahí con un equipo bastante estable.

Lo que sí debiéramos hacer es comunicarles a las altas autoridades, que la UC ha podido digitalizar los archivos originales, que de no ser así se hubiesen perdido, material que ellos pueden utilizar para hacerlos disponibles a la comunidad. Esto debiese conducir a una segunda etapa, que es de mantención y conservación con el tratamiento de los colores y otros, ya que hablamos hoy de materiales de patrimonio.
De aquí se nos ocurrió como nombre principal para acuñar todo el material la “Cátedra de Santiago”, algo en lo que varios actores de la FADEU están de acuerdo y que ha generado bastante consenso. Junto con lo anterior, deberíamos ser socios estratégicos con el municipio de Santiago y Conicyt, para vincularnos el sector académico, municipal y el Estado.

A partir de ello se deslizan y se desgranan otros varios temas de patrimonio e historia de la arquitectura, como las mismas galerías de Santiago. Lo importante es que todo lo anterior nos permita ejercer docencia, generar conocimiento y también trascender hacia otras esferas y hacer que la investigación académica contribuya en la praxis y que se transforme en insumos que permitan tomar decisiones a las autoridades sobre la ciudad de Santiago.Toda investigación debe tener una aplicación práctica, por ello creo que todos los trabajos que hagamos en la Universidad, ya sea sobre arquitectura, sobre estudios urbanos o de planificación, deben tener asidero en la praxis.

Todo este material debiera pasar por la generación de un Consejo Asesor del municipio de Santiago que tuviera que ver con una línea, por ejemplo, de Diplomado o capacitaciones para el personal municipal de Santiago y comunas aledañas: Este consejo, que realmente fuera instalado como el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano, fuese aplicado a la realidad de lo que es la Cátedra de Santiago. No tiene por qué ser precisamente un comité asesor constituido únicamente por académicos UC, sino que tiene que ser transversal, con otras universidades, oficinas de arquitectura relevantes, y otros.

Además, la Cátedra de Santiago podría utilizarse como la bajada perfecta para canalizar donaciones y diversas fuentes de financiamiento para académicos e investigadores que trabajen en esta línea, además de otras iniciativas como realizar talleres, publicaciones conjuntas y otras instancias de retroalimentación.

6) ¿Cómo se puede potenciar el diseño y puesta en marcha de una línea de archivo única, albergada bajo el nombre de “Cátedra de Santiago”?Hay muchos académicos que podrían dedicarse un par de años a estudiar la ciudad de Santiago, bajo el esquema de la Cátedra de Santiago, y para ello podríamos establecer líneas de financiamiento como las que hablábamos anteriormente.

Se pueden abrir espacios de información y educación hasta en colegios, o instancias en las que podamos traer expertos internacionales a hablar sobre Santiago y su crecimiento durante el último siglo.

Yo diría que la Cátedra de Santiago podría ser, a futuro, el pretexto perfecto para bajar fondos para determinados proyectos específicos, y no solo de arquitectura, sino también para abordar temas que hoy están en la agenda, como movilidad, transporte público, áreas metropolitanas y otros.

Instalar la Cátedra de Santiago al interior de la FADEU, permitirá capitalizar muchas sinergias sueltas bajo un esquema más definido. Por ejemplo, permitirá que el Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales pueda ir nutriendo con su trabajo de pre y posgrado esta cátedra, con una cantidad de trabajos muy interesantes que están en marcha. Lo mismo ocurre con la Escuela de Arquitectura, donde se están produciendo estudios y proyectos muy interesantes sobre Santiago.


Pensemos en estudiantes extranjeros que vengan a nuestra Facultad y quieran estudiar o realizar sus tesis en temáticas alusivas a la ciudad de Santiago, entonces tener como marco de referencia la Cátedra de Santiago, que sirva como motor de búsqueda y almacenamiento de información respecto de Santiago.


La Cátedra de Santiago es un espacio fácil de construir con la cantidad de información que tenemos –ninguna otra universidad en Chile lo tiene- y transformarlo, también, en un lugar de encuentro para alumnos de pre y posgrado, académicos y extranjeros expertos que nos visiten, para generar debates sobre Santiago, donde podamos incluir a ministerios sectoriales, funcionarios municipales y otros, porque es muy importante ordenarse.