Hoy se lanza oficialmente el proyecto “Diseño de Ruta Turística y Plan Estratégico de Turismo, Provincia de Chañaral” que conduce el profesor de Arquitectura UC Osvaldo Moreno

15 de Enero 2018

Hay lugares del país que son destino turístico obligado. Los torreones y la Feria Fluvial de Valdivia; la laguna San Pedro de Concepción; el Valle del Elqui de la región de Coquimbo; el Parque Metropolitano de Santiago; o la reserva ecológica de Huilo Huilo de Panguipulli, por nombrar algunos, son lugares reconocidos como sitios de interés y de fácil accesibilidad.

Esto se debe en gran medida, a que tienen una trayectoria como enclaves turísticos y culturales, por ello forman parte de rutas establecidas. Esto los ha transformado en un “imperdible” al menos a nivel nacional y en muchos casos, como los de San Pedro de Atacama y Torres del Paine, a nivel internacional.


Pero, ¿qué sucede con aquellos territorios que –teniendo mucho potencial- no logran trascender y transformarse en circuitos turísticos formales y establecidos, que aporten a la economía local y que contribuyan al cuidado del entorno y del medioambiente? Es el caso de la provincia de Chañaral. Una zona geográfica ubicada en la región de Atacama con un fuerte acervo minero, con potencial turístico reconocido, pero que por diversas razones no ha logrado consolidarse. Por ello, un equipo que trabaja en el Programa de Planes y Proyectos Urbanos, perteneciente a la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica, dirige una iniciativa tendiente a revertir esta realidad en la zona.


Se trata de un proyecto ejecutado a través de la obtención de un Fondo de Innovación para la Competitividad Regional, financiado por el Gobierno Regional, que en un plazo de 18 meses pretende generar una ruta turística consolidada y formalmente catalogada, que fomente el turismo en la provincia de Chañaral y aporte a la matriz productiva, inyectando recursos en la economía local, instancia que será formalmente lanzada hoy por la tarde en la provincia de Chañaral junto a las autoridades regionales y provinciales.


El proyecto se denomina “Diseño de Ruta Turística y Plan Estratégico de Turismo, Provincia de Chañaral”. Conversamos con dos de los profesionales que lo conducen: Osvaldo Moreno, profesor de la Escuela de Arquitectura UC y director del Magíster en Arquitectura del Paisaje; y con el Geógrafo UC y coordinador del proyecto, Tomás González.

¿Cuál es el diagnóstico que realizan respecto de la actividad turística de la provincia de Chañaral?
Osvaldo Moreno y Tomás González: “En este caso la Provincia de Chañaral en materia de turismo está débil y casi toda la actividad productiva está concentrada en la minería. Entonces, la componente de innovación del proyecto busca instalar en esta provincia una componente de desarrollo económico y productivo asociado al turismo, que se deriva de un proyecto de diversificación productiva que conduce el Programa de Planes y Proyectos Urbanos UC”.


¿Cuál es el origen de este proyecto FIC y qué objetivos persigue?
Osvaldo Moreno: “El proyecto surge, en cierta medida, de una potencialidad y una problemática que está articulada en los componentes de patrimonio natural y cultural que este territorio tiene y que en cierta medida han estado históricamente invisibilizados por el desarrollo de la minería, temas energéticos e infraestructura en general. El proyecto se sitúa en la lógica de, por una parte, establecer una estrategia de conservación de este patrimonio y, por otra, generar un desarrollo económico a partir del turismo, y por lo tanto la dimensión de la planificación territorial y del paisaje es clave en el proyecto para activar la componente del desarrollo económico a partir del turismo.


En general en la provincia no existen rutas turísticas. Existen destinos que son conocidos y visibilizados, pero más allá de eso no existen otros atractivos que tengan cierto grado de equipamiento como para afirmar que exista una ruta turística. El proyecto persigue generar esta articulación entre diversos atractivos y destinos que tienen cierta componente de valor natural o cultural y establecer un sistema de recorridos y posibles unidades de negocios y proyectos orientados a generar capacidad turística instalada en la provincia, que a futuro también puedan vincularse con rutas y/o destinos dentro de la misma región y de otras regiones contiguas.


Es un proyecto postulado asociados con el PPU y se vincula además con temas que vemos en el Magíster en Arquitectura del Paisaje, del cual soy director, programa en el cual entendemos que el turismo o la planificación del turismo es una herramienta importante para conservar y también para generar nuevos desarrollos. Así, entendemos la conservación como una estrategia, divulgando y estableciendo puentes para vincular nuevos desarrollos.


Estamos generando hoy una sistematización de este territorio. El objetivo del proyecto es establecer un relato que convoque la posibilidad de encontrarse con el territorio y la comunidad de manera continua, desde el alto andino, pasando por el valle y terminando en la costa”.


Tomás González: “Más allá de nominaciones territoriales genéricas, en particular en la provincia de Chañaral estas denominaciones tienen que ver con ciertas singularidades que posee el territorio. Por ejemplo, en el alto andino hay un fuerte componente de patrimonio natural asociado a salares y humedales, que son ecosistemas sumamente frágiles y que están en la disyuntiva de establecer figuras de conservación sobre ellos. Luego, en el valle, el proyecto se sitúa en el ámbito del patrimonio cultural, donde se han ido desarrollando una serie de actividades mineras que han ido generando asentamientos como El Salvador o Potrerillos que instalaron modelos urbanos de habitabilidad que hoy van en retirada, lo que lo transforma en un patrimonio contemporáneo que se articula con otros patrimonios más históricos. Y, finalmente, el territorio de costa, que si bien es cierto cuenta con un destino importante como Pan de Azúcar, tiene otros componentes que lo mantienen en situación crítica, como asentamientos irregulares en sectores costeros, y la disposición de distintas caletas que hoy están en una lógica de cuestionamiento respecto de la pesca y su orientación hacia el ámbito más turístico”.


¿Qué oportunidades presenta este proyecto para vincular la investigación académica con acciones, planes y proyectos que impacten positivamente en la comunidad, como es el caso la provincia de Chañaral?
Osvaldo Moreno: “La investigación aplicada en el ámbito de paisaje es un componente bastante nuevo en Chile. Nosotros vemos este proyecto como una gran oportunidad de vincular la investigación aplicada de excelencia. En marco del proyecto hemos generado vínculos entre el ámbito académico de pre y posgrado con talleres de investigación a cargo de la profesora Macarena Cortés, que justamente puso énfasis en poder detectar patrimonios que pudieran ser articulados mediante rutas, por lo tanto, en lo que respecta al proyecto, se dio una simbiosis muy enriquecedora entre el trabajo académico y los resultados en concreto que resultan del proyecto final.


Además, tenemos en el equipo a un tesista del Magíster en Arquitectura del Paisaje (Sebastián Palacios), como ayudante de proyecto, que está desarrollando su investigación a partir de la reflexión en torno al patrimonio cultural del desierto y los territorios mineros. Él también ha ido colaborando que han dado pie a otras instancias como seminarios o conversatorios que permiten poner estos temas en la discusión.

Y vamos a abrir el 2018 con un taller de investigación que será transversal al Magíster de Arquitectura del Paisaje y al Magíster en Arquitectura en torno al territorio que tenemos entre manos en el marco del proyecto.
La universidad quiere potenciar la investigación aplicada que genera desarrollos e innovación que nos permite renovar los vínculos entre la docencia, la investigación y su aplicación práctica”.

¿Cuál es el objetivo final del proyecto a los 18 meses de ejecutado?
Osvaldo Moreno: “En primer lugar, establecer o estructurar una manera de comprender un territorio desde cordillera a mar, y esto implica poder establecer una idea de proyecto basada en la noción de ruta, que no tiene que ver con el mejoramiento de la infraestructura base, sino potenciar ciertos sitios en los que se localizan estos componentes de patrimonio natural y cultural más relevantes, por lo tanto la ruta se entiende como un sistema integrado de sitios con atractivo turísticos, en los que importa la forma en cómo esos sitios serán abordados y desarrollados a partir de unidades de negocios que permitan establecer servicios turísticos asociados. Esta información hoy no existe, por lo tanto, este proyecto es muy importante en ese sentido.


El producto que emerge de todo ello es un catálogo a modo de guía que orientará la forma en la que podamos entender de mejor forma cómo estos nodos y sitios pueden ser mejor comprendidos como una ruta integral.


Este catálogo queremos que esté a disposición de todas las unidades y escalas que tengan que ver con el territorio (municipios, servicios públicos, gobernación provincial, intendencia, actores y operadores turísticos, etc).


Otro objetivo, que es muy interesante, es generar una cartera de proyectos en los sitios o en su entorno, de equipamiento e infraestructura que sean capaces de apoyar el desarrollo de la experiencia turística. Queremos que esta cartera tenga eco ya sea en el sector privado o público para potenciar la ruta, para potenciar alojamientos, servicios gastronómicos, disponibilidad de información pública a través de puntos guía, además, por supuesto, de mejoramientos propios de las rutas existentes. Estos proyectos debemos validarlos en las mesas de trabajo que considera a la sociedad civil, operadores turísticos, gobierno regional, sernatur, municipios y otros”.


Tomás González: “Lo que buscamos con este proyecto también es justamente tener una continuidad en el territorio, no solamente haciendo proyectos en territorios aislados, para tratar de generar nuevas instancias que generen efectos tangibles en la comunidad local.


Nosotros analizamos diversos sectores productivos, como la minería, energía, comercio, servicios, agricultura, pesca y turismo y concluimos que la provincia tenía mucho potencial en el ámbito turístico que no estaba siendo aprovechado debido a diversas situaciones.


Ya tenemos un territorio con una carga cultural muy importante, sobre todo minera, y por otro lado tenemos todo un ámbito natural inexplorado que nos presenta esta provincia, que no tiene nada que envidiar a otros sectores del norte, por lo que creemos que hay una serie de potencialidades turísticas que carecen de una debida articulación y relato. Lo que falta es valorizar localmente el territorio y es uno de los objetivos de nuestro trabajo.

La comunidad de Chañaral y de Diego de Almagro se siente un tanto olvidada, por lo tanto, la autoestima respecto de su territorio no es muy alta, por lo tanto, nuestro proyecto intenta revertir esa sensación, trabajando con los actores locales de manera transversal”.


¿Qué lecciones pueden sacarse a nivel nacional a partir de este proyecto?
Osvaldo Moreno: “la dimensión del paisaje en el ámbito de la planificación territorial es un ámbito poco explorado en Chile. En general nuestros instrumentos de planificación territorial se sitúan más bien en torno a objetos o áreas muy establecidas, por lo tanto, la visión de territorio más integral no está considerada. Desde hace algunos años la dimensión de paisaje se ha ido instalando de a poco, y ha ido apareciendo una dimensión de turismo no exclusivamente ligada a emprendimientos singulares, sino como parte de una rama mayor que debe formar parte y ser considerada por los instrumentos de planificación del territorio, que articula conocimientos científicos, técnicos, de diseño, artísticos para generar un nicho económico productivo en comunidades que por general están en condiciones de vulnerabilidad y pobreza, y que permite articular modelos de conservación. Lo que estamos haciendo con este modelo de ordenamiento y de planificación es, sin duda, aplicable a otros territorios del país”.


Tomás González: “El turismo puede perfectamente diversificar la matriz económica de las comunidades locales, y en ese sentido hay muchas otras provincias de Chile que podrían recurrir al turismo como un motor de emprendimiento y de conservación del territorio.
A lo mejor sería necesario asumir el turismo también como un motor de conservación de lo que tenemos, ya que somos un país muy extractivista, y el turismo nos permitiría conservar y convivir armónicamente con nuestro entorno natural, de manera sustentable y responsable”.

El proyecto, que será llevado a cabo durante el 2018 y parte del 2019, será lanzado hoy en la Provincia de Chañaral, esperando aportar positivamente al desarrollo local a través de la propuesta de Ruta Turística que incluirá una cartera de proyectos de activación económica entorno a esta áreas. Esta iniciativa propone entonces sugerir una diversificación de las actividades en la zona, que han dependido principalmente de la minería extractiva. Para ello, tanto centros urbanos, como: Caldera, Chañaral, Diego de Almagro e Inca de Oro, y entornos naturales, como las playas como flamenco, portofino etc., serán articulados dentro de una propuesta innovadora a nivel territorial.