“La FADEU está llamada a asumir un liderazgo importante en los temas públicos que cruzan la vida del sector”

7 de Mayo 2018

Situado en un lugar privilegiado de la comuna de Providencia se emplaza el barrio Pedro de Valdivia Norte, un sector preferentemente residencial, vecino inmediato del Parque Metropolitano de Santiago (principal pulmón verde de la ciudad), hacia el norte, y colindante con el río Mapocho, hacia el sur. Se trata de un barrio que ha sabido lidiar con la presión inmobiliaria y mantenerse inmune a la densificación en altura, preservando su vocación de “barrio parque” y afianzando su vocación sustentable (definida por los mismos vecinos).

Patricio Kurte, Presidente de la Junta de Vecinos N° 12 de Providencia, Pedro de Valdivia Norte, sostiene que, aún con todas las potencialidades del barrio, son un sector de la ciudad que vive en permanente tensión. “Vivimos tensionados por el sector inmobiliario, que ve en nuestro sector un terreno fértil para construir en altura y para presionar cambios de uso del suelo para construir edificios de oficina y comercio”, advierte.


Kurte sostiene, además, que como unidad vecinal no se sienten escuchados por las autoridades en sus distintas escalas (municipal, gobierno regional o gobierno central) y que dadas sus necesidades y aspiraciones barriales -arquitectónicas y urbanas- ven en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad Católica un “vecino/aliado” que pudiese participar con la unidad vecinal en instancias de diálogo con las autoridades y otros estamentos públicos que tengan injerencia en el Diseño, la Arquitectura y la trama urbana del sector. De este y otros temas conversó Patricio Kurte con la Dirección de Comunicaciones FADEU UC, enfatizando de manera reiterada que la inversión pública y la gestión de proyectos en el sector “no pueden hacerse de espaldas a la ciudadanía”.

¿Cuáles son las principales preocupaciones de los vecinos de este sector?
PK: Son quizás algunas que coinciden con las preocupaciones país. Seguridad, por ejemplo, ya que nosotros somos víctimas de robos y asaltos, en promedio, mucho más que el resto de la comuna.
Por otro lado, nos vemos expuestos a alto tráfico, estamos en una zona bien neurálgica donde confluyen muchas grandes arterias. Por ejemplo, en el caso del Túnel San Cristóbal se hizo un proyecto que no entró al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, y que no se integra adecuadamente con nuestro entorno, y eso ha tensionado la circulación vehicular de un sector de nuestro barrio.


¿Y qué aspiraciones plantean normalmente a las autoridades?
PK: Queremos que se preserve y se potencie nuestra condición de barrio residencial y de barrio/parque. Somos la antesala del Parque Metropolitano, el parque urbano más grande de Chile, por lo tanto, cuando hay presión por hacer edificios en el borde del cerro son cosas no bienvenidas para nosotros.
Somos como un botín para las inmobiliarias y también para otros proyectos. Imagínate que nuestro barrio atrae mucho a los inversionistas que quieren construir acá, como, por ejemplo, con el caso del proyecto de teleférico que unirá Providencia y Huechuraba, que pasa por sobre nuestras casas, sin que nadie nos haya consultado nada.


¿Pero han generado instancias de diálogo con las autoridades municipales, provinciales y regionales?
PK: Nuestra opinión no es considerada por las autoridades. Se hacen formalismos y reuniones más como de forma, para que parezca que hay participación, pero realmente no la hay. Creo que para nuestra comuna y para el Municipio somos como una suerte de obstáculo para su gestión, más allá de una contraparte válida para trabajar en conjunto en pro de proyectos sustentables. Nos sentimos invadidos por inversiones y proyectos de los cuales nos enteramos solo cuando los comienzan a construir. Hay, además, rumores que uno siempre escucha sobre depredación inmobiliaria que no queremos. Eso nos tensiona permanentemente.


¿A qué te refieres con los “rumores del sector inmobiliario”?
PK: Somos permanentemente tensionados y presionados por desarrolladores inmobiliarios, que quieren construir en el borde del cerro. Ya en los extremos de nuestro barrio hay construcciones en altura (Hotel Sheraton, Torre Santa María y otros), qué le vamos a hacer. Pero ha habido intereses de hacer proyectos similares desde Avenida El Cerro hacia el oriente, bajo la consigna que han tratado de venderle a los residentes de que en ese sector el barrio está degradado y que es mejor vender. De hecho, algunas autoridades municipalidades quieren hacer creer a los vecinos, y al resto de la comuna, que el barrio llega solo hasta avenida El Cerro, lo que refleja intereses de concejales y otras autoridades que desean hacer lobby, sobre todo en la administración anterior, para tratar de convertir el uso de suelo de avenida El Cerro, entre Santa María y Los Conquistadores, para aumentar alturas y densificar con edificios de oficinas y comercio. Somos siempre sujetos de ambiciones de negocios.


De hecho, le informamos a la municipalidad en su momento que ya el Túnel San Cristóbal a nosotros nos hizo mal como sector, y es deber del municipio ayudar a los vecinos a resarcir esta situación, pero no liquidando nuestras casas u ofreciendo vender para irnos, sino mejorando el tránsito, cambiando semáforos, haciendo cambios de tránsito, trasladando paraderos que no sirven, etc.
Y si nos vamos al otro extremo, hacia el río, también ha habido crecimientos que tensionan el barrio. Hay empresas que están ofreciendo comprar propiedades apuntando a futuros cambios de uso de suelo para luego construir edificios de oficinas y comercio, y eso genera incertidumbre entre todos los vecinos, y se vulnera –a mi juicio- la vocación estrictamente residencial que tiene nuestro barrio.


Pero, entonces, ¿qué papel sienten que juegan como unidad vecinal frente al municipio, al aparato público en general y al sector inmobiliario?
PK: Hemos visto con buenos ojos el cambio de administración en el municipio, porque tenemos luces de que las intenciones de cambio de uso de suelo de algunos de nuestros sectores no están contempladas. Sin embargo, la dinámica que tiene el sector inmobiliario sigue vigente aún dentro de las limitaciones que se le interpongan. Por ejemplo, en calle El Cerro, anexo al Parque Metropolitano, donde uno ve que están construyendo un edificio que tiene características muy distintas a lo que hay en el sector, con una altura de tres pisos conforme lo que pide el Plan Regulador, sin embargo, se cambia el esquema de tener áreas verdes y se reemplaza por un uso muy intensivo de departamentos y locales. ¿Cómo se condice esto con lo que establecen los instrumentos de planificación? Son departamentos que van a costar más de 10 mil UF, y creo que hay un tema regulatorio que sincera este tipo de cosas, para que estas construcciones guarden relación mínima con su entorno. Y en este caso ese entorno es el barrio de todos nosotros.
Nos desmotiva el desinterés de las autoridades frente al desarrollo inmobiliario abusivo y depredador. El crecimiento económico no es solo construir más para generar más empleo, lo que necesitamos es consensuar visiones y que se respete la opinión de todos.

¿Y en el caso de la ciclovía que se instaló en calle Pedro de Valdivia Norte? ¿Participaron en su diseño e implementación?
PK: No. El Gobierno central definió ciclovías y para ello diseñó un plan en todo Santiago y en otras ciudades del país. En ese diseño, había un proyecto para esa calle, y se lo pasaron al municipio, se tomaron decisiones entre algunos expertos y construyeron sin consultar nada a la comunidad. Las ciclovías son sanas, buenas y bienvenidas, pero sin conversar y sin dialogar con los vecinos… ¿de qué estamos hablando? No es posible que intervengan la principal calle de nuestro barrio, que nos conecta con la comuna y nos hace ir y venir a la ciudad, cruzando el río, diseñando una ciclovía inconsulta. Hoy la congestión es horrible. Si antes los autos se demoraban 5 ó 6 minutos en un taco, hoy son al menos 20 minutos.
Estamos llenos de intervenciones que vienen desde el nivel central o desde el municipio o el Gobierno Regional, como el mejoramiento de la plaza Padre Letelier, donde sacaron una reja que evitaba que las pelotas de los niños se fueran a la calle, degradaron el pasto que hoy se ve pésimo y horrible, y eliminaron estacionamientos que servían a quienes visitaban el comercio del sector. ¿Quién se hace cargo? Esa es la pregunta que nos hacemos todos los días. ¿Cómo se diseñan estas intervenciones de espalda a la comunidad? Es inentendible.


¿Cómo debieran dialogar los servicios públicos que intervienen en el territorio con las comunidades y los barrios en general?
Todas las inversiones debieran ser consultadas y validadas con la comuna. Ahora creo que se quiere hacer en algunas esquinas algunas elevaciones viales para disminuir la velocidad de los automóviles, con un monto de 300 millones de pesos. Yo pregunto, ¿es tan difícil que el Municipio nos muestre una paleta de alternativas de intervención con esos montos involucrados y que nosotros los vecinos podamos opinar y elegir? No entiendo la política de invertir de manera inconsulta con la comunidad involucrada. Eso nos molesta mucho. Veamos lo que queremos, definamos las prioridades y que las inversiones salgan desde la unidad vecinal, pero no es posible que un par de expertos definan qué se va a hacer y cuándo se va a hacer. En esa lógica, entonces, no tiene mucho sentido que existan las juntas de vecinos, y por eso repito lo que decía antes, que a veces siento que somos una suerte de obstáculo para el municipio, más que un aliado.
El barrio de Pedro de Valdivia Norte tuvo una mesa de trabajo barrial en 2016. Levantamos muchos temas relevantes para nosotros, con más de 50 vecinos y vecinas participando. Ese informe se entregó a la Municipalidad y se lo entregamos a la administración que asumió ahora, pero no ha pasado nada. Descansa en algún escritorio, y son las directrices ciudadanas de lo que queremos que se haga en nuestro barrio, pero bueno, al parecer no es importante.

Y, por ejemplo, ahora que se dio a conocer públicamente el acuerdo validado por Contraloría General de la República del traspaso de los fondos desde Cencosud al Municipio de Providencia para trabajar las obras de mitigación por la apertura de la torre del Costanera Center, ¿qué papel debería jugar vuestra unidad vecinal?


PK: Primero, consideramos aberrante que Cencosud dé el dinero a la municipalidad destinado a las obras de mitigación para que ésta decida en qué gastarlo. La municipalidad anunció que la gastará en luminarias, bancas, veredas y mejoras en ciclovías. Además, todo ello, fuera del área que será afectada por el proyecto. Nada de lo anterior va en la línea de mitigar el impacto negativo que generarán las oficinas de la torre de Costanera Center. ¿Recuerdas que debían construir un túnel que saldría a calle Suecia, entre otras medidas? Nada de eso irá ahora, pero sí obras de mantención y hermosamiento, cuyo costo debería cubrir la municipalidad con sus recursos, no con los se deben destinar al grave impacto que causará el funcionamiento de dicha torre. Estamos solicitando a la Alcaldesa que forme una mesa de trabajo con nosotros para definir en conjunto en qué se ocuparán los recursos, con el fin que se ocupen en mitigación, especialmente en el barrio Pedro de Valdivia Norte.


El barrio y la FADEU


¿Cómo ven ustedes al Campus Lo Contador de la Universidad Católica?
PK: Hay dos dimensiones. Por un lado, el campus es un vecino más. Nosotros nos hemos reunido con el Decano y con el centro de alumnos de Arquitectura, principalmente para analizar externalidades del Campus y hemos funcionado bien. Ahora el campus es un mucho mejor vecino que antes.

Nos han involucrado activamente en sus proyecciones, de hecho, nos expusieron el proyecto de remodelación del campus y nos llega periódicamente el boletín informativo.
Creo, eso sí, que podría aportar más. Nos gustaría mucho contar con la participación activa de la Facultad, a través de sus académicos y funcionarios, en las dinámicas del barrio y en las mesas de trabajo que podamos desarrollar con las autoridades.


¿Algo así como un “socio estratégico”?
PK: ¡Por supuesto! Qué mejor que como vecinos se involucraran y aportaran con su amplio conocimiento, además haciendo carne la vocación pública de la Universidad Católica. Podríamos tener a los académicos y/o representantes de la Facultad en las mesas de trabajo con las autoridades, porque precisamente puede servir para darle sustento técnico y profesional a las necesidades del sector. Creo que la Facultad está llamada a asumir un importante liderazgo en los temas públicos que cruzan la vida del sector de Pedro de Valdivia Norte.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Juan Andrés Inzunza