En Lo Contador se realizó sentido homenaje al fallecido arquitecto UC, Atilio Caorsi

18 de Marzo 2024

El Patio de Los Naranjos del campus Lo Contador fue el escenario escogido para la realización de un homenaje a la figura de Atilio Caorsi, fallecido arquitecto egresado de la Universidad Católica. La instancia fue presidida por el decano Mario Ubilla, quien estuvo acompañado del Secretario Académico de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios […]

El Patio de Los Naranjos del campus Lo Contador fue el escenario escogido para la realización de un homenaje a la figura de Atilio Caorsi, fallecido arquitecto egresado de la Universidad Católica.

La instancia fue presidida por el decano Mario Ubilla, quien estuvo acompañado del Secretario Académico de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos (FADEU), Felipe Encinas, en una ceremonia que fue organizada por la arquitecta Rocío Blaitt, compañera de Atilio Caorsi en la generación que ingresó en 1995.

Como dirección de Comunicaciones FADEU conversamos con Rocío Blaitt sobre el homenaje y la actividad realizada en el campus Lo Contador.

¿Cómo nace la idea de realizar este homenaje?

RB: La repentina partida de nuestro compañero nos hizo pensar en todo el tiempo que ha pasado desde que salimos de la escuela, y todo el tiempo en que no nos habíamos visto. A pesar de lo cercanos que fuimos, los caminos se separan, cada uno sigue diferentes rutas, pero queda un lazo que siempre se mantiene. La temprana partida de un par nos remece de alguna u otra manera a todos, y nos llama fortalecer, recordar y valorar la conexión que tenemos, materializando esta intención con un encuentro.

De la multiplicidad de historias personales que conforma nuestro grupo, tenemos un trozo de historia que compartimos y que confluye en nuestra escuela, por eso quisimos juntarnos acá. La formación universitaria entrega muchas otras cosas además de lo básico, que es la profesión, y una de esas cosas es la amistad que se forja en esos años.

¿En qué consistió la ceremonia?

RB: La ceremonia la inició el decano Mario Ubilla, calificándola como un homenaje a la amistad. Quienes convocamos el encuentro, (José Ulloa, Francisca Picón y yo) le contamos al resto la conversación que tuvimos el día 25 de enero, cuando viajamos a Valparaíso a despedir a nuestro amigo Atilio, instancia que tuvimos para conversar tranquilamente sobre la importancia de mantener nuestros lazos y darle tiempo al encuentro con los amigos.

El cotidiano a veces nos consume con las urgencias de cada día, el ritmo imparable del trabajo, dejando poco espacio a la reflexión, entregando todo el tiempo a lo urgente y dejando lo importante de lado. Juntarse como generación después de 29 años, nunca fue algo “urgente” pero la partida de un amigo fue una alarma que nos hizo pensar que no podíamos dejar pasar más tiempo.  Así, nos juntamos cerca de 60 compañeros que quisimos homenajear la vida de Atilio. Varios hicieron recuerdos de nuestro amigo, de la época universitaria, de su intercambio en Milán, de su sobresaliente proyecto de título, y de cómo dedicó si vida profesional a la protección del patrimonio cultural de Valparaíso, lo que se volvió su bandera de lucha por varios años de su vida.

¿Qué reflexión podrías compartir respecto de la importancia de conservar y elogiar la memoria de profesionales que por las razones que fuere ya no están con nosotros?

RB: Cuando una partida remece a todo un grupo de personas, de alguna manera entendemos que todos somos parte de “algo”. Ese algo es la comunidad que se construye en los años que vivimos juntos en ese lugar común que es la escuela, donde cada presencia arma parte de un paisaje conocido, que uno termina reconociéndolo como propio. El homenaje es reconocer que somos parte de un todo. Que sí nos importa el que estaba al lado nuestro, no por su trayectoria profesional, sino por su simple su existencia, su ser único, su sonrisa, su amistad.

Por eso toda la escuela se puso contenta cuando Atilio se sacó un 7.0 en su proyecto de título. Era una especie de triunfo para todos.

El homenaje es un recordatorio que nos trae a la memoria esa cualidad de comunidad que teníamos en la escuela donde todos trabajábamos en cooperación para las entregas, y así el trabajo se hacía más liviano. Creemos que tenemos que retomar ese espíritu, no soltarnos, poder contar los unos con los otros, y fortalecer las diferentes estructuras de comunidad que se han tejido en nuestras vidas. Este mundo sería mejor y más sustentable con mayor cooperación, menos competencia, apoyándonos unos a otros. Fortaleciendo las redes.

Información periodística:
Juan Andrés Inzunza

Fotografías:
Juan Pablo Calderón