(The Clinic) La última esperanza del Barrio Meiggs
En vez de más cemento o represión, un grupo de arquitectos, académicos y vecinos apuesta por una solución de largo plazo para el Barrio Meiggs, basada en el urbanismo, la colaboración pública-privada y el respeto a la identidad multicultural del lugar. Aquí Rita Cox analiza el proyecto: “¿De qué depende que del papel se pase a la acción? De las autoridades. De que todos los actores den un paso adelante”, escribe.
Ni pistolas taser, ni copamiento con esferas de cemento considera el plan de recuperación más ambicioso que se haya diseñado para el Barrio Meiggs desde que hace 12 años comenzó a configurarse y complejizarse como lo conocemos hoy: un punto neurálgico de la inmigración china, venta de productos importados desde ese país; despliegue de los toldos azules y mafias, y la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad. Personas de varias nacionalidades viven y trabajan allí, y sufren a diario las consecuencias en esta zona de sacrificio urbano y que tal vez podrían encontrar la raíz de una solución en los criterios académicos, el trabajo de campo y la experiencia comparada.
El próximo jueves 27 de marzo, a unas estaciones de metro de esas calles desarticuladas, en el campus Lo Contador, se presentará el primer paso concreto que pretende dar en terreno el equipo encabezado por el arquitecto Nicolás Yopo. Se trata del rediseño de la súper manzana que comprenden las calles Exposición, Grajales, Bascuñán y Alameda, con obras de inversión en infraestructura urbana, que refrescan la apariencia y calidad de vida para quienes trabajan, visitan y habitan el barrio, y cambios en la ordenanza municipal que apunten a eliminar el comercio informal. Una ordenanza ideada específicamente para las problemáticas de Meiggs, que hoy concentra cinco mil establecimientos comerciales establecidos.
Lee la nota completa en The Clinic AQUÍ.
Foto: Sandro Baeza/The Clinic
